Por Yahaira Soto
En un hito sin precedentes en la historia política de Estados Unidos, una encuesta reciente realizada por el prestigioso diario The Wall Street Journal revela un nivel sin precedentes de descontento entre los votantes estadounidenses respecto a los candidatos presidenciales. Tanto el actual mandatario demócrata Joe Biden como el expresidente republicano Donald Trump han generado un rechazo tan profundo que muchos votantes se encuentran en la difícil encrucijada de elegir el “mal menor”.
Los resultados de la encuesta son contundentes: una mayoría de votantes considera que ninguno de los candidatos posee la capacidad mental o el carácter necesario para ejercer la presidencia de manera efectiva. Sorprendentemente, solo el 48% de los encuestados considera que Trump, a sus 77 años, cuenta con la capacidad mental requerida, mientras que únicamente el 28% tiene la misma opinión sobre Biden, de 81 años.
Estos hallazgos reflejan una profunda crisis de confianza en el liderazgo político en Estados Unidos. Ante la falta de candidatos que inspiren seguridad y confianza en la ciudadanía, muchos se encuentran en la difícil situación de elegir entre dos opciones percibidas como poco ideales.
Sin embargo, este descontento generalizado no debería conducirnos a la apatía o la resignación. En lugar de aceptar pasivamente un statu quo político insatisfactorio, es imperativo que los ciudadanos se comprometan activamente en el proceso democrático, exigiendo un liderazgo más fuerte, ético y competente. La democracia depende del compromiso cívico y la participación ciudadana; solo a través de nuestro compromiso y acción podemos forjar un futuro político más prometedor y esperanzador para las generaciones venideras.
