Abinader y elecciones
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Hugo Ysalguez
Sin tener pretensiones de oráculo ni de pitonisa, los resultados en las elecciones municipales obtenidos por el Partido Revolucionario Moderno, colocan al presidente Luis Abinader, en la antesala de un cómodo triunfo en los comicios de mayo próximo, toda vez que el aura y simpatía que abriga en la población, auguran un éxito anticipado en el torneo electoral que se avecina, donde parece competir sin contendientes, que exhiban alguna fortaleza en la predilección de los ciudadanos.
El nivel de popularidad del jefe de Estado es de tal magnitud, que incrementó considerablemente la votación de muchos alcaldes electos, quienes no exhibían la posibilidad de rebasar la barrera del 50 por ciento, y los recorridos en caravanas, encabezadas por Abinader en distintas demarcaciones, apuntalaron las candidaturas locales, lo que permitió arrasar en más del 80 por ciento de los municipios, donde los aspirantes lograrían victorias contundentes, no sujetas a ningún cuestionamiento por la limpieza de los sufragios.
Y se ha querido vender la falsedad de una gran abstención, pues los cómputos revelan que sólo en un 2 por ciento aumentó el abstencionismo, en comparación con las ejemplares municipales del año 2020, la cual se colocó en 45 por ciento y ahora se elevó a un 47, mientras el número de votantes alcanzó la alta cifra de más de tres millones 800 mil, considerada una cantidad significativa debido a la falta de interés de muchos electores por escoger a las autoridades locales.
Los factores mediáticos formaron la falsa percepción de que la lucha por el poder municipal, sería muy cerrada porque hubo un partido que exhibió unos músculos en papeles, de tener 2 millones de simpatizantes, resultando ser una de las mentiras más vergonzosas, dado que la población en todas las comunidades, se encargó de desmentir tal afirmación, arrojando un pésimo tercer puesto a la Fuerza del Pueblo, que dejó sin habla a su líder y otros contestatarios dirigentes.
Es propicio resaltar que el proceso electoral discurrió sin incidentes, con una concurrencia cívica y ejemplar, donde hubo un conteo de votos revestido de claridad y transparencia, que no dejó ninguna duda y no se oyó una sola queja de los delegados acreditados en los colegios electorales, una realidad tan evidente que no hubo impugnaciones.
Así las cosas, el panorama luce despejado para la contienda de mayo próximo, cuya campaña electoral debería discurrir , sin estridencias, improperios y violencia porque la figura de Abinader sobresale victoriosa, en virtud de estar ejerciendo un periodo presidencial con mucha honestidad y pulcritud.