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Los organismos de emergencia y las autoridades de la República Dominicana desplegaron una acción rápida, coordinada y efectiva para proteger a la población ante el paso de la tormenta tropical Melissa, reafirmando la fortaleza del país en materia de gestión de riesgos y respuesta ante desastres naturales.
La temporada ciclónica, que se extiende de junio a noviembre, representa cada año un desafío para la nación caribeña. Sin embargo, en esta ocasión, el país evidenció una de las respuestas gubernamentales más organizadas y eficientes de los últimos tiempos.
Por su posición geográfica en el Caribe del Atlántico Norte “en el mismo trayecto del sol”, la República Dominicana se encuentra en el corredor habitual de tormentas tropicales formadas por el aumento de la temperatura de las aguas y los vientos alisios. Esta condición obliga a una constante vigilancia y preparación ante los fenómenos meteorológicos.
Desde el primer momento en que Melissa se aproximó al territorio, se activaron los comités de emergencia en todo el país. El presidente Luis Abinader asumió personalmente la dirección de las acciones, encabezando de manera consecutiva las reuniones del Gabinete de Emergencia junto al Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
Durante estas sesiones, se analizaron minuto a minuto las condiciones del tiempo, las zonas vulnerables y las operaciones de asistencia desplegadas en el territorio nacional. “Estamos actuando con responsabilidad y anticipación. La prioridad es salvar vidas y atender a las familias que pudieran resultar afectadas”, afirmó el mandatario, una declaración que se convirtió en guía para todos los organismos involucrados.
Desde el Palacio Nacional, el presidente mantuvo comunicación constante con las instituciones que integran el gabinete de crisis: el COE, el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911, la Dirección de Asistencia Social y Alimentación Comunitaria (DASAC), el Plan Social de la Presidencia, el Ministerio de Obras Públicas, la Defensa Civil, y las alcaldías del Distrito Nacional, Santo Domingo Norte, Este y Oeste, además de las gobernaciones provinciales.
Se dispusieron de inmediato evacuaciones obligatorias en las provincias bajo alerta roja y amarilla. Los operativos de rescate y distribución de suministros se ejecutaron sin interrupción. “La coordinación es clave. Todas las instituciones están trabajando como un solo equipo, enfocadas en proteger la vida de la gente”, destacó el ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, al término de una de las reuniones.
Un aspecto digno de destacar fue el papel de la Alcaldía del Distrito Nacional, encabezada por Carolina Mejía, que movilizó más de 1.500 brigadistas en labores de prevención y respuesta inmediata. Entre sus principales acciones se incluyó la limpieza de colectores e imbornales, una medida esencial para mitigar inundaciones en los sectores más vulnerables.
El Sistema 911 activó su Plan de Contingencia, reforzando la videovigilancia en túneles, pasos a desnivel y zonas críticas. Con el apoyo de la tecnología, se desplegaron drones para supervisar el territorio y asegurar el funcionamiento continuo de las redes de comunicación y rescate.
Por su parte, la DASAC distribuyó raciones alimenticias, cocinas móviles, colchonetas, mosquiteros, sábanas y agua potable, utilizando transporte aéreo y terrestre para llegar a las comunidades más afectadas.
Durante toda la emergencia, las autoridades insistieron en un mensaje fundamental: mantenerse informados a través de los boletines oficiales del COE y la ONAMET, y seguir las recomendaciones de los organismos de socorro. Las juntas de vecinos también desempeñaron un papel crucial en este esfuerzo conjunto con las alcaldías.
En La Semanal, el espacio de encuentro del presidente Abinader con la prensa, los responsables de las instituciones explicaron la efectividad de las medidas implementadas en materia de infraestructura vial, drenaje pluvial, abastecimiento de agua, salud pública, agricultura y meteorología.
Lo ocurrido con la tormenta tropical Melissa, posteriormente convertida en huracán, representa más que una respuesta ante una amenaza climática: constituye una demostración del fortalecimiento del sistema nacional de emergencias dominicano, sustentado en una infraestructura moderna, tecnología avanzada y una coordinación interinstitucional eficiente.
No me queda duda, la República Dominicana consolida así su condición de país resiliente, preparado para enfrentar crisis y desastres naturales, siempre priorizando el bienestar y la seguridad de su gente.
															
													
						
						
						
						
				
				