Engañar al líder

Por Miguel SOLANO

La tarea más fácil del mundo es engañar al presidente. El método seguido es sencillo, efectivo y convincente. Sólo se dan tres pasos y en ellos basa la oligarquía su control del Palacio:
1- Se averigua, muy bien, cuáles son los deseos del presidente, sus necesidades más íntimas y sus peores delitos.
2- Se crea una serie de bufones que le repetirán, una y otra vez, “que esos son los deseos del Pueblo, que esas son las necesidades más íntimas del Pueblo y que esos son sus peores delitos”. Así, presidente y pueblo quedan unidos.
3- Apoyados en las técnicas modernas se le mostrarán cuadros y estudios que siempre muestran su posicionamiento como líder único y en crecimiento. Ahora le han sumado el organizar “primarias” donde sólo ejercen el voto los seguidores del líder y unos cuantos rebeldes, financiados por ellos, que legalizan el proceso.

Imagínese usted que Luis Abinader ganó con menos del 15% de los inscriptos en su padrón gubernamental y en toda la propaganda lo convirtieron en el Napoleón de las primarias:

—Yo estoy preocupado por lo ocurrido, dijo el presidente.
— Usted barrio, usted es el único líder,¿quién va a competir contigo? respondió el bufón .

La diabólica personalidad de estos bufones es que mantienen al presidente drogado 24/7. E impiden que cualquier elemento extraño, con opiniones subversivas, se acerque al mandatario.

A Danilo Medina se lo comieron vivo, tanto que aún sigue drogado, a Hipólito Mejía lo despedazaron y a Joaquín Balaguer, puesto por las criminales botas yanquis en el poder y sin nunca haber podido ganar unas elecciones, le hicieron creer que era sólo él, que era inigualable, que era insuperable. El hombre, para gobernar, acordó que los invasores persiguieran y asesinaran a todo luchador que fuera Honesto e Inteligente. Sólo había que tener esas dos virtudes para ser asesinado. Mas, sin embargo, a Balaguer lo alimentaban con mentiras y él sobrevivió siendo su cómplice.

Ahora a Luis Abinader un bufón le canta y le baila su melodía y el líder pide más:
— ¿Qué pasa con Luis?, le preguntó Dios al bufón.
— Quiere más auditorio, más súbditos, respondió el bufón.
— Bueno, tendré que armar una guerra.
— Eso para ti es fácil, Señor. Sólo tiene que tirar “la manzana de la discordia”.
— Ah… El canal.

A partir de ese momento Dios le mostró la espalda y no el rostro. Y Luis fue llenado de primarias, auditorios y súbditos. Y llegaron los negros a votar por los blancos.