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El presidente Luis Abinader y el canciller Roberto Álvarez jamás negociarán la paz del pueblo dominicano.

El presidente Luis Abinader y el  canciller Roberto Álvarez jamás negociarán la paz del pueblo dominicano.
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  • Publishedfebrero 15, 2024
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”Cónsul General de la República Dominicana en Barcelona”


Por Antonio José Gómez Peña

En su más reciente participación en el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente de la República dejó un mensaje contundente a la Comunidad Internacional “O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger la República Dominicana”, haciendo alusión al trabajo que ha venido desempeñando como jefe de la diplomacia dominicana pidiendo en reiteradas ocasiones la implicación de los organismos internacionales y de otros países para pacificar la República de Haití.

Esa cohesión de la diplomacia dominicana, ha sido puesta en escena en múltiples ocasiones por el canciller Roberto Álvarez en nombre del país y del propio presidente Luis Abinader, que mejor lugar que el Consejo de Seguridad, órgano de mayor importancia a lo interno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). De forma inteligente, prudente y apegada a las normas diplomáticas, la República Dominicana logró que ninguno de los países con poder de veto (EE.UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) se opusieran para la aprobación del envío de la misión multinacional que encabeza Kenia hacia la vecina nación de Haití.

Demostrado queda que nuestro presidente no anda con paños tibios, advierte a la Comunidad Internacional que la República Dominicana utilizará todos los recursos necesarios para evitar ser arrastrada al mismo abismo que Haití. No es un desafío y mucho menos un abandono, más bien, un derecho que asiste al país como Estado soberano, libre e independiente de tomar cualquier decisión interna y tener bien definida su Política Exterior en temas tan fundamentales como los asuntos de la migración de personas irregulares en territorio nacional.

En ese orden, el Presidente fue enfático sobre los programas de alimentación, puntualizando que en Haití se estima que casi la mitad de la población, alrededor de 5 millones de personas, padecen de inseguridad alimentaria aguda, en gran medida acentuada por la violencia terrorista y la falta de institucionalidad democrática. La situación provocaría un éxodo mayor de su población más allá de sus fronteras, lo que incrementaría una región aún más frágil e inestable.

Ningún país ha sido tan solidario con el pueblo haitiano como la República Dominicana, la inseguridad que impera en Haití con gran parte de su territorio controlado por inescrupulosas bandas criminales, le coloca al borde de una guerra civil. Por tal razón, el Estado dominicano no debe ni tiene que asumir el costo económico, político y social que acarrean las posibles repercusiones del colapso haitiano.

En lo relativo al cambio climático y la deforestación de Haití, fenómenos que están intrínsecamente conectados y que no es posible abordar uno sin prestar la debida atención al otro y, más aún cuando esto ocurre en medio de situaciones de conflictos armados. Los ríos dominicanos son las principales fuentes de suministro de agua para Haití, ejemplo de esto es el río Artibonito que nace en la Cordillera Central dominicana y desemboca en Puerto Príncipe, Haití.

El presidente Luis Abinader y el canciller Roberto Álvarez están prestos para  defender la integridad de la nación dominicana, jamás desaprovechan la oportunidad de recordar en todos los escenarios la responsabilidad de la Comunidad Internacional sobre el rescate y pacificación de Haití.

Como dominicano, me hago eco de las palabras del presidente Luis Abinader, y las convierto en un lema para todos mis conciudadanos: ¡O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger la República Dominicana!

 

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Redaccióntraslaverdad

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