Triste

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Por Víctor Elías Aquino
Sin duda alguna que uno de los lugares más tristes de la faz/rostro de la tierra, es la casa del luto; esto es funeraria, o lugar donde se esté velando el amado cuerpo inerte de una flor camino al prado celestial.
Tiempo atrás, visite una funeraria en la Avenida Abrahán Lincoln, y esto fue lo que me ocurrió, un amado amigo, al que tengo afecto de hermano carnal (RC,); estaba deshecho por la muerte de un ser querido...
Tan pronto me vio llegar me echó el brazo, y juntos caminamos como en procesión hasta el salón donde estaba el féretro… los dos nos miramos frente a frente (cara a cara); y en seguida con voz dulce que salió de sus adentros y contemplando su rostro lleno de ternura le dice, “…– amor-, Elías está Aquí”, volvemos y nos miramos otra vez y nos retiramos.
Es que, “mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres” (Eclesiastés 7:2). Un día pensé hacerme varias preguntas: ¿adónde van los besos olvidados? ¿Cuál es el destino de las caricias pasadas? ¿A dónde van las promesas de otros tiempos?
Entonces me respondí para mis adentros, al valle de los besos/huesos secos, de los amores…olvidados, de los sueños perdidos, las esperanzas quebrantadas, los sueños truncados, de los planes trucados, de las esperanzas rotas.
Todo está guardado en compartimientos cerebrales, de los que amaron al menos una vez; sí ese espacio fuera físico y se pudiera ver, tocar sería un lugar de lamentos, y algo trivial para los que olvidaron; pero sin duda alguna sería uno de los lugares más tristes delglobo terráqueo.
Un solo lugar superaría, tanta tristeza, tantos quejidos, tanto pesar: “El mismísimo infierno”.