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Tortura y abusos contra las mujeres en prisión política en cuba

Tortura y abusos contra las mujeres en prisión política en cuba
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  • Publishedseptiembre 16, 2024

Reportaje:

Por Prisoners Defenders

Informe mensual de presos políticos en Cuba”

Cuba: más presos políticos mantienen la cifra total en 1.105 en agosto                           

En Cuba se encuentran, como consecuencia de la persecución ideológica y de conciencia, y especialmente de las manifestaciones pacíficas de la población civil no política ocurridas el 11 de julio de 2021 y años posteriores, 1.105personas condenadas penalmente. 117 de estas personas son mujeres. Estas mujeres son sometidas a tratos discriminatorios y abusivos, que incluyen violencia física, psicológica y negligencia médica, afectando su integridad física y emocional.

A modo de ejemplo, exponemos 6 casos de mujeres presas entre los más de 117 actualizados en nuestra lista en agosto 2024:

La prisionera política Lizandra Góngora Espinosa padece fibroma uterino. No recibe asistencia médica ni el Estado le provee de sus medicamentos en prisión. Fue detenida con 41 años por participar en las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, y condenada a 14 años por los delitos fabricados de “Atentado”, “Sabotaje” y “Desórdenes públicos”, sentencia que cumple en la Prisión de Trabajos Forzosos Los Colonos, en la Isla de la Juventud, al ser trasladada en marzo de 2023 desde La Habana donde residía con sus 5 hijos, 4 de ellos aún menores. Dicha prisión está separada de La Habana, donde residía con sus 5 hijos, por 90 km de mar más 57 km de tierra, y el traslado, alejándola de sus hijos menores se ejecutó para torturarla. En agosto de 2023, sus hijos menores tuvieron que viajar durante varios días para poder verla por primera vez en 5 meses, durmiendo durante el trayecto en el suelo de las paradas de autobús y en el barco. Sigue a la espera de que la operen de su fibroma uterino, aunque la doctora le ha indicado que “hay una cola de 1.300 personas para operarse” y que “más mujeres cubanas viven con un fibroma y, por ende, no le va a pasar nada”. Actualmente el régimen cubano mantiene incomunicada a Lizandra.

  • La prisionera política Yilia Lucía Oramas García padece VIH y diabetes. No recibe asistencia médica ni el Estado le provee de sus medicamentos en prisión. Fue detenida con 35 años por participar en las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, y condenada a 6 años por los delitos fabricados de “Atentado”, y “Resistencia”, sentencia que cumple en la Prisión de enfermos de VIH-Sida, San José de las Lajas, en Mayabeque. El pasado 21 de agosto Prisoners Defenders denunció su caso en redes sociales: Yilia salió de permiso carcelario (llamado, en Cuba, “salir de pase”) y se dirigió a su casa, a 5 horas de trayecto desde la prisión. Sin poder conseguir un transporte que llegara a tiempo dado el desastre absoluto de los servicios públicos, y privados en Cuba, Yilia se demoró en regresar. Por ello, el régimen cubano la castigó revocando por 2 años sus beneficios penitenciarios y fue trasladada al área de máxima severidad en la prisión Cuba-Panamá de Güines, en Mayabeque. Por ésta y otras denuncias en redes sociales, se logró que las autoridades penitenciarias cambiaran la medida punitiva de revocación de la totalidad de sus beneficios penitenciarios por la suspensión de dos visitas a su hogar.
  • La prisionera política María Cristina Garrido Rodríguez padece sinovitis de rodilla. No ha recibido asistencia médica ni el Estado le provee de sus medicamentos en prisión. María Cristina, poeta y activista, fue detenida con 38 años por participar en las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, y condenada a 7 años por el supuesto delito de “Atentado”, sentencia que cumple en la Prisión de mujeres de Occidente, El Guatao, en La Habana. Además de un proceso de detención plagado de torturas inhumanas, en prisión ha sido sometida a castigos, tortura, y a prohibiciones de visitas y llamadas de sus familiares.
  • La prisionera política Gloria María López Valle padece trastornos de pánico con intentos de suicidio. No recibe tratamiento psiquiátrico ni el Estado le provee de sus medicamentos en prisión. Gloria María fue detenida con 47 años por participar en las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, y condenada a 5 años por los supuestos delitos de “Desacato” y “Desórdenes públicos”, sentencia que cumple en la Prisión de Trabajos Forzosos El Caramelo, aledaño a la prisión El Guatao, en La Habana. Tras su encarcelación el régimen le arrebató a Gloria María la custodia de su hija menor de 11 años, Nathalie Álvarez López. El Departamento de Menores de la Seguridad del Estado es quien “atiende” a la niña, y la mantiene internada en la Filial San José de Mayabeque, por ser hija de una presa de conciencia. La ahora adolescente, lejos de sentirse protegida, ha sufrido bullying, ha sido víctima de robos, se le han impuesto castigos de extrema severidad y sufre acoso sexual por parte del personal gubernamental de la Filial San José Mayabeque. Por todo ello, Nathalie sufre ataques de pánico y también se ha intentado suicidar.
  • La prisionera política Yéssica Coimbra Noriega padece hipertensión y depresión. No recibe tratamiento médico ni psiquiátrico, y el Estado no la provee de sus medicamentos en prisión. Yéssica fue detenida con 26 años por participar en las manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, y condenada a 5 años por los supuestos delitos de “Desacato”, “Sabotaje” y “Desórdenes públicos”, sentencia que cumple en la Prisión de Trabajos Forzosos Ceiba 4, donde realiza trabajos forzosos para la agricultura del régimen. El pasado mes de febrero Yessica sufrió convulsionesmientras era sometida a dicho trabajo forzoso debido a que su presión arterial era muy alta por los golpes recibidos dentro del penal. En julio pasado, Yessica estuvo enferma con mucha fiebre y malestar, pero la agente de la prisión se negó a llevarla a la enfermería. También ha sufrido tendinitis debido al trabajo forzoso al que es sometida. En prisión ha sufrido todo tipo de abusos. Es intimidada y amenazada a diario. Teme por su vida y la de su familia.
La Prensa tras la verdad