Víctor Elías Aquino
La Biblia en Juan 14:1 dice: “No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mi”. Estas palabras de aliento pronunciadas por Jesús, el hijo de Dios, camino del calvario, y escritas posiblemente entre el año 70 dc (y la fecha de la destrucción del templo) y 100 dc (final de la vida del discípulo amado; están cargadas de aliento y estímulo para los cristianos que permanecerán mientras esta tierra exista.
Siempre es bueno reafirmarlo, hablo de, uno de los tres discípulos más cercanos al hijo del Padre, testigo presencial e irrepetible de la transfiguración de Cristo y otros milagros relatados en el libro de los libros reproducido en la imprenta de Gutenberg, en el año 1449.
El texto inicial está lleno de palabras de consuelo e instrucción para la vida en la tierra de su pueblo, es que, el padre no se deleita en las dudas y ansiedades del ejército divino. Tampoco quiere que estemos desconfiados del futuro.
Pensándolo bien, las tristezas o penurias personales podrían ser una especie de excusa, en caso de no tomar en cuenta los sufrimientos de otras personas.
El salvador del mundo, se dirigiría con pasos firmes y agigantados para convertirse en el cordero pascual, y, sin importar las circunstancias, el agotamiento físico del cuerpo humano soportó su más larga afonía, para pagar con su muerte, el castigo debido a los pecados de Adán, su esposa Eva; y los de la humanidad completa.
Otro texto que llena de aliento, y puede tocar el corazón de quienes lo leen es Juan 14:27” La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo lada. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
Hay que entender que, el gozo del cristiano no lo recibe de los bienes materiales que posee, ni la tristeza debe fundamentarse en asuntos terrenales. La felicitad de los hijos de Dios, no viene, no procede de este mundo y todo lo que puede ofrecer.
Conforme registros históricos disponibles, Juan enfrentó martirio hervido en caldero de aceite. Fue liberado, luego sentenciado a prisión en la isla de Patmos, donde escribe el Apocalipsis. Falleció de causas naturales de la vejez.
Cualquier situación que pasemos en la tierra, daño material o la muerte de familiares duele y rasga el almahasta el fondo, entristece hasta los huesos. Ladefinición más hermosa y alentadora sobre la muerte con relación a los cristianos está en el texto sagrado, “pasar… de este mundo…al padre” (Juan 13:1).