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Orgullo-humildad

Orgullo-humildad
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  • Publishedmayo 2, 2025
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Por:Víctor Elías Aquino

El libro de La Biblia en Filipenses 2: 6-8 se refiere a Jesús con estas palabras: “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Entiendo que este es el mayor ejemplo de contraste entre la sencillez y la altanería. es difícil, por no decir imposible que la persona vestida de arrogancia no se convierta en un problema para los otros seres humanos con las cuales interactúa.

Cuando escribo, pienso en dos caras de una moneda, en el teatro de Grecia, representado por dos mascaras; una que sonríe y otra que llora: la comedia y el drama de la tragedia.

La vanidad; no solo hace daño a los afectados de directamente, sino también al que la practica. Hablo de gentes que se enfadan “por cualquier cosa insignificante”, y llegan con el tiempo a convertirse en un problema, cual “una bomba de tiempo peligrosa hasta para ellos mismos”.

“Pueden enfadarse hasta porque se les mire”, es como si estuvieran vestidos para la guerra las 24 horas del día, y en servicio para el mal sin pausas; en algunos casos son personas que pocas veces muestran sus dentaduras (no sonríen), o, lo hacen muy poco, no se sabe si sus dientes son blanquecinos o amarillentos.

La arrogancia, el orgullo no les deja ver lo hermoso de la vida, de una flor cuando saluda al amanecer, y por eso…no pueden vivir esos momentos. La inocencia de alguna gente genera amor y buen trato con las demás personas; mientras que el altanero se derrota a sí mismo, no sabe que está enfermo del alma y hasta del mismo cuerpo.

Los principales ejercicios de humildad, de humanidad están relacionados con el creador del cielo y tierra, su hijo Jesucristo y el Espíritu Santo; un solo Dios que se manifiesta en tres personas diferentes.

La persona simple se gana el respeto de sus congéneres, y tolera con paciencia los reproches y quejas de otros; en tanto que el altanero se hace daño y contamina su escasa empatía, no puede compartir sanamente con otros y sí lo hace rápidamente crea discordias y malos entendidos.

Los principales ejemplos y ejercicios de humildad que he conocido los he hallado en La Biblia, en Dios; que es el bálsamo, la dulzura, la paz y la satisfacción que llena mi alma y todo mi ser.

Pienso que las personas ingenuas tienen la ventaja cuando son rechazadas, Dios le concede de alguna manera misteriosa la manera de soportar los reproches sin causar heridas al otro justo en el centro del alma…

La Prensa tras la verdad