Opinión

Los drenajes pluviales en Santo Domingo y Santiago: Un recorrido histórico por cinco siglos

Los drenajes pluviales en Santo Domingo y Santiago: Un recorrido histórico por cinco siglos
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  • Publishedoctubre 27, 2025
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Por IngCésar A. Fernández. F
Desde los primeros trazos urbanísticos de Nicolás de Ovando en 1502 hasta los desafíos del cambio climático actual, la gestión de aguas pluviales ha sido una constante preocupación para las principales ciudades dominicanas. Este documento examina exhaustivamente la evolución de los sistemas de drenaje en Santo Domingo y Santiago, analizando las inversiones presidenciales, las obras emblemáticas y los retos que enfrentamos como nación caribeña ante fenómenos climáticos cada vez más intensos y frecuentes.
Los Orígenes Coloniales: Nicolás de Ovando y la Primera Planificación Urbana (1502)El Legado ColonialEn el año 1502, bajo la visionaria gobernanza de Nicolás de Ovando, Santo Domingo se erigió como la ciudad pionera del Nuevo Mundo al implementar el primer sistema de drenaje planificado. Esta infraestructura hidráulica estructurada, un hito en la urbanización colonial, sentó las bases para el manejo del agua en un entorno tropical. Su diseño inicial, aunque modesto, consistía en una red de canales abiertos que, siguiendo la topografía natural del terreno, dirigían las copiosas aguas pluviales hacia el caudaloso río Ozama.Las técnicas empleadas por la ingeniería colonial española integraban sabiamente principios de la antigua ingeniería romana, adaptándolos a las particularidades climáticas y geográficas del Caribe. Los robustos canales de piedra caliza, algunos de los cuales perduran hasta hoy como testimonios silenciosos en la Zona Colonial, representan el intento más sistemático y temprano de controlar y encauzar el flujo vital del agua en nuestras incipientes urbes.Características de un Diseño Innovador• Canales a cielo abierto, labrados en piedra caliza• Un flujo estratégico que aprovechaba la pendiente natural hacia el río Ozama.• Diseño intrínsecamente adaptado a la configuración topográfica colonial.• Un mantenimiento colectivo sustentado en el trabajo comunitario.

• Integración con los primarios sistemas de abastecimiento de agua

Esta infraestructura primigenia no solo estableció los patrones urbanos que definirían la ciudad durante siglos, sino que también puso de manifiesto que, a pesar de su ingenio, su capacidad pronto se vería superada por el imparable crecimiento poblacional y la demanda de una urbe en expansión.

Durante este período, la República Dominicana careció de recursos y estabilidad para desarrollar infraestructura hidráulica moderna. Las ciudades dependían de sistemas coloniales obsoletos, agravando problemas sanitarios durante la temporada de lluvias.

Aunque dictatorial, este período marcó la transición hacia sistemas de drenaje modernos con tubería de concreto y planificación técnica. Sin embargo, las obras priorizaban la imagen del régimen sobre necesidades comunitarias reales, concentrándose en áreas visibles de las capitales.

 Período Democrático Inicial: Balaguer y la Gran Expansión (1966-1978, 1986-1996)

Joaquín Balaguer transformó radicalmente la infraestructura urbana dominicana. Su obsesión por las obras públicas resultó en la construcción de miles de kilómetros de drenajes pluviales en Santo Domingo y Santiago. Proyectos emblemáticos incluyeron la canalización de importantes cañadas urbanas, el sistema de drenaje de la Avenida John F. Kennedy, y obras complementarias al malecón.

Las inversiones de Balaguer, aunque significativas, adolecían de planificación integral y mantenimiento sostenible.

Muchas obras se deterioraron prematuramente por falta de seguimiento técnico.

No obstante, este período estableció la red básica que aún sustenta el drenaje de ambas ciudades, con limitaciones evidentes ante el crecimiento urbano posterior.

Estos gobiernos marcaron una transición hacia enfoques más técnicos y menos monumentales. Aunque las inversiones fueron menores que bajo Balaguer, se introdujeron conceptos modernos de gestión de aguas pluviales, incluyendo estudios de cuenca y planificación integrada con el desarrollo urbano.

El caso especial del Metro de Santo Domingo merece atención particular. Iniciado en 2005 y con operaciones desde 2009, el sistema de metro requirió la construcción de sofisticados sistemas de drenaje subterráneo que, aunque diseñados para proteger la infraestructura del transporte, contribuyen significativamente al drenaje general de la ciudad. Se estima que las tres líneas del metro incorporan más de 45 kilómetros de sistemas de drenaje especializado, con inversión superior a RD$1,200 millones específicamente en gestión de aguas pluviales y subterráneas.

El gráfico muestra la distribución porcentual de la inversión total en drenajes pluviales por cada presidente dominicano desde 1930 hasta la actualidad, basada en un total estimado de aproximadamente RD$32,180 millones (2024). Leonel Fernández se destaca como el mayor inversionista en infraestructura de drenaje, con casi el 30% del total histórico.

La significativa inversión de Leonel Fernández (1996-2000, 2004-2012) se debió en gran parte al proyecto del Metro de Santo Domingo, que requirió sistemas de drenaje subterráneo sofisticados, contribuyendo sustancialmente al drenaje general de la ciudad. Además, sus administraciones impulsaron una modernización tecnológica de los sistemas de drenaje, incorporando estudios hidrológicos computarizados y normativas técnicas actualizadas en la construcción de nuevas infraestructuras.

Los ciudadanos dominicanos experimentan cada vez más las consecuencias devastadoras de sistemas de drenaje insuficientes: inundaciones frecuentes que paralizan ciudades enteras, pérdidas económicas millonarias, daños a propiedades, riesgos sanitarios y, trágicamente, pérdidas de vidas humanas. Familias completas ven sus hogares anegados repetidamente, comercios pierden inventarios, y la productividad nacional se ve comprometida cada vez que llueve intensamente.

El cambio climático no es una amenaza futura: es una realidad presente que exige respuestas urgentes y transformadoras en nuestra infraestructura urbana

Para enfrentar efectivamente los desafíos del cambio climático y resolver el déficit histórico de infraestructura de drenaje, República Dominicana debe comprometer entre 2-3% del Producto Interno Bruto anualmente durante los próximos 15-20 años. Esto representa aproximadamente RD$60,000 a RD$90,000 millones anuales en inversión sostenida para modernización, expansión y mantenimiento de sistemas de drenaje pluvial en nuestras principales ciudades.

01. Diagnóstico Técnico Integral

Mapeo completo de sistemas existentes usando tecnología LiDAR y modelación hidráulica computarizada para todas las cuencas urbanas.

02. Plan Maestro Nacional de Drenaje

Diseño integral considerando proyecciones climáticas a 50 años, crecimiento urbano planificado y soluciones basadas en naturaleza.

03. Implementación por Fases

Priorización de zonas críticas, construcción escalonada y monitoreo continuo de
efectividad.

04. Mantenimiento Sostenible

Establecimiento de recursos permanentes para limpieza, reparación y actualización continua de infraestructura.

Cooperación Internacional y Conclusiones

Organismos y Países para Cooperación

Banco Interamericano de Desarrollo (BID): Financiamiento concesional para infraestructura resiliente climática, con experiencia en proyectos similares en América Latina.

Banco Mundial: Programas específicos de adaptación climática urbana y gestión
de riesgos de desastres.

Unión Europea: Fondos de cooperación para desarrollo sostenible y adaptación climática en países ACP.

Países Bajos: Líderes mundiales en gestión de agua, con tecnología y experiencia
en sistemas de drenaje avanzados.

Japón: Experiencia en infraestructura resiliente ante desastres naturales y sistemas
de drenaje urbano de alta tecnología.

Corea del Sur: Tecnología de punta en sistemas inteligentes de gestión de aguas
pluviales.

Inversión Estratégica Propuesta

40 % en nueva infraestructura de drenaje

30 % en modernización de sistemas existentes

15 % en soluciones basadas en naturaleza

30% préstamos concesionales multilaterales

15 % cooperación internacional bilateral

5 % participación privada (APP)

Conclusión: Desde los primeros canales de Nicolás de Ovando en 1502 hasta los complejos sistemas actuales, la gestión de aguas pluviales ha evolucionado significativamente en República Dominicana. Sin embargo, enfrentamos un momento crítico donde la inversión histórica resulta insuficiente ante la aceleración del cambio climático y el crecimiento urbano descontrolado.

El futuro de Santo Domingo y Santiago depende de decisiones valientes que tomemos hoy. No podemos seguir remendando sistemas obsoletos diseñados para una realidad climática que ya no existe. Necesitamos una transformación integral que combine tecnología moderna, soluciones basadas en naturaleza, cooperación internacional y, sobre todo, compromiso político sostenido más allá de ciclos electorales.

La pregunta no es si podemos permitirnos invertir 2-3% del PIB en esta infraestructura crítica. La pregunta real es: ¿podemos permitirnos no hacerlo? Cada inundación cuesta vidas, destruye patrimonio familiar y paraliza nuestra economía. La inversión en drenaje pluvial resiliente no es un gasto: es la protección más fundamental que podemos ofrecer a nuestros ciudadanos y a las generaciones futuras.

La Prensa tras la verdad