¡La República Opina!
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Por Lic.Julio Feliz
Los enemigos de todo alcalde son las basuras, la lluvia, los ciudadanos inconscientes y los políticos resentidos.
El talón de Aquiles de todo alcalde es la basura que se produce a diario y está obligado a recogerla a tiempo.
Y aunque se recoja la basura con tiempo y frecuencia, los munícipes indisciplinados la tiran a la calle y hacen vertederos en cada esquina del territorio.
Los vertederos improvisados son hechos por ciudadanos inconscientes que no tienen educación al respecto.
Un alcalde puede hacer muchas obras pero si no recoge la basura a tiempo está “quemado”.
Otro enemigo es la lluvia que cae a torrenciales, que arrastra los desechos de las calles y se tapan los filtrantes y las inundaciones surgen de una vez.
Cuando estas variables (la basura y la lluvia) son coincidentes, las calles se tornan caóticas y el tránsito se vuelve un desastre.
Los políticos resentidos están al acecho de cualquier iniciativa de los alcaldes que no salga como fue planificada. Solo ven lo negativo y las cosas positivas las soslayan.
Se hace necesaria una planificación estratégica que integre la recolección de los residuos sólidos con la higiene y el aseo de las ciudades, así como también la construcción de un sistema de drenaje pluvial que minimice el impacto de las lluvias y que evite en lo posible inundaciones repentinas.
La educación ciudadana es de vital importancia para el mantenimiento de una ciudad limpia y saludable.