La Patria También se llama Mujer

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Por: Cristina Rodríguez Mota
En la historia dominicana hay páginas que fueron escritas con sangre, coraje y dignidad. En las gesta de Abril hay nombres y sobre todo de mujeres que aún no se escriben con justicia. La Revolución de Abril de 1965 fue una gesta por la democracia, la soberanía y el regreso al orden constitucional. Sin embargo, por demasiado tiempo, la historia se ha contado sin suficientes rostros femeninos. Hoy levantamos la voz para cambiar eso. Hoy, más que nunca, decimos que la patria también se llama mujer.
Las mujeres que participaron en la Revolución de Abril no fueron solo acompañantes de la lucha: fueron protagonistas valientes, conscientes del momento histórico que vivían. Combatieron, organizaron, curaron, enseñaron, marcharon, resistieron. Lo hicieron desde la primera línea y desde el corazón de sus hogares. Desde el fusil y desde la palabra. Desde el amor a la patria y desde una esperanza radical: construir una nación libre, justa y verdaderamente soberana.
Piky Lora: Mujer, líder, combatiente
Uno de los nombres más emblemáticos de esa gesta es Carmen Josefina Lora Iglesias, conocida como Piky Lora. Su legado trasciende el heroísmo: es símbolo de ruptura y liderazgo en una época que negaba a las mujeres el derecho a dirigir.
Piky Lora fue la única mujer que se dirigió a un frente armado durante la Revolución de Abril. Abogada, militante del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y combatiente constitucionalista, desafió no solo a las fuerzas de ocupación y represión, sino también al machismo estructural de una sociedad que nunca esperó ver a una mujer al mando de un batallón.
Piky planeó, ordenó y luchó con la misma convicción con la que defendió los ideales democráticos. Su valentía no fue la excepción, sino el rostro de muchos otros que también estuvieron allí, aún sin reconocimiento.
Los invisibles imprescindibles
Con Piky marcharon y combatieron mujeres como Anina Vargas, Teresa Espaillat, Rosa Almánzar Vargas, Conchita (Francia Concepción Martínez), Mariana de la Cruz, Petronila Argentina Santana, Sonia Vargas, Sagrada Bujosa, entre muchas otras. Algunas formaron parte de la Escuela Militar 24 de Abril como instructoras; otros se encargaron de la logística, la alimentación, la atención médica y el traslado de armas. Otros se arrojaron a las calles con pancartas, himnos y lágrimas.
No solo ofrecieron sus cuerpos a la lucha, también ofrecieron sus sueños. Y eso las hace inmensas.
Justicia es nombrarlas
El olvido también es una forma de violencia. El silencio impuesto por décadas ha invisibilizado sus nombres y sus aportes. Muchas murieron sin medallas ni reconocimientos. Muchas aún esperan que el país les devuelva la dignidad histórica que nunca debió negarles.
Hoy, a casi 60 años de aquella revolución, exigimos memoria, verdad y justicia. Porque sin ellas, no hay relato completo. Porque sin ellas, no hay democracia con rostro humano.
La lucha continúa
El compromiso con las mujeres de Abril no es solo recordar su sacrificio, sino honrarlo con acción política y social. Nosotras, las mujeres de hoy, las hijas de su coraje, seguimos construyendo sobre los cimientos que ellas colocaron con dolor, sudor y resistencia.
Nos corresponde seguir la lucha por una República Dominicana más justa, más equitativa y más consciente de su historia.
Nos toca gritar que la patria no puede construirse sobre el olvido.
Nos toca levantar sus nombres como estandartes.
Nos toca seguir soñando, como ellas, en una nación libre, soberana y digna.
No dejemos morir su historia con ellas.
Defender su legado es defender la soberanía, la democracia y la estabilidad social de nuestra nación.
Que sus nombres, sus luchas y sus sueños nos guían hoy como antorchas encendidas.
Porque la patria también se llama mujer,
y no hay futuro sin justicia histórica.