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“La Oligarquía y Quisqueya Binacional: ¿Una Amenaza a la Soberanía Dominicana?”

“La Oligarquía y Quisqueya Binacional: ¿Una Amenaza a la Soberanía Dominicana?”
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  • Publishedmarzo 31, 2025
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El pueblo dominicano defiende su identidad ante intereses que buscan diluir la causa nacional


Por : Alexander Olivence G.

En medio de un Caribe convulso por crisis migratorias y tensiones históricas, resurge en República Dominicana un debate que toca fibras sensibles: la idea de una Quisqueya binacional, promovida por sectores oligárquicos cuyos intereses económicos chocan con la defensa de la soberanía nacional. Mientras el pueblo dominicano alza la voz frente a los riesgos de una invasión pacífica descontrolada desde Haití, ciertos grupos de poder insisten en agendas que, lejos de proteger la patria, buscan domesticar a las juventudes, neutralizar el nacionalismo crítico y perpetuar líderes obreros sumisos.

La Oligarquía y su Juego de Poder:
Detrás de la retórica binacionalista se esconde una élite que históricamente ha explotado la mano de obra barata, incluida la migrante haitiana, para maximizar ganancias en sectores como la agroindustria y la construcción. Su objetivo no es la integración cultural o el desarrollo regional, sino garantizar un flujo constante de trabajadores vulnerables, fácilmente manipulables. Para ello, necesitan una juventud despolitizada, alejada de las banderas patrióticas que cuestionen sus privilegios, y sindicatos complacientes que no exijan derechos laborales dignos.

Juventudes Desencantadas vs. Nacionalismo Vigilante:
Estos grupos oligárquicos temen a una generación de dominicanos que, conectada globalmente pero arraigada en su identidad, rechaza las narrativas que minimizan los desafíos fronterizos. Mientras promueven un relato de hermandad abstracta —sin abordar las asimetrías económicas o el colapso haitiano—, silencian problemas concretos: el tráfico ilegal, la presión sobre servicios públicos y la pérdida de empleos locales. La juventud, sin embargo, está despertando: en las redes sociales, en las aulas y en las calles, resurge un patriotismo crítico que exige soluciones reales, no utopías convenientes para unos pocos.

El Despertar de un Pueblo:
La frase “invasión haitiana” no es un eslogan vacío para miles de dominicanos que viven en provincias fronterizas, donde la falta de control estatal ha agravado la inseguridad y el deterioro social. La oligarquía, cómoda en sus urbanizaciones amuralladas, ignora estos dramas. Pero el pueblo ya no calla: colectivos ciudadanos, académicos y hasta sectores militares alertan sobre los riesgos de una política migratoria ambigua, mientras la crisis en Haití se profundiza sin que la comunidad internacional actúe con seriedad.

¿Hacia Dónde Vamos?
La defensa de la soberanía no implica xenofobia, sino el derecho a exigir un Estado funcional que proteja sus fronteras y promueva un desarrollo inclusivo para todos sus ciudadanos. La Quisqueya binacional, tal como la plantean estos grupos, es un proyecto neocolonial que borra las particularidades históricas de dos naciones con realidades irreconciliables. Los dominicanos no se oponen a la solidaridad con Haití, pero rechazan que se les imponga una carga que ni siquiera las potencias extranjeras quieren asumir.

El llamado es claro: desconfiar de los discursos que, bajo un manto de progresismo, encubren intereses oligárquicos. La patria de Duarte, Sánchez y Mella se construyó con sangre y lucha contra toda forma de dominación. Hoy, el desafío es igual de complejo: proteger la nación sin caer en aislamientos estériles, pero sin claudicar ante quienes ven en la bandera trinitaria un obstáculo para sus ganancias. El despertar dominicano no es solo un grito contra invasiones, sino un reclamo de dignidad.

¡Despertemos!
#SoberaníaONingunaCosa

 

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