Haití y su laberinto
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Hugo Ysalguez
La República de Haití, muchos afirman que perdió esa condición por la ausencia de un Estado, vive encerrada en un laberinto, en medio de una crisis muy singular, pues allí predomina el reinado de las pandillas armadas, sin pretensiones políticas, que zambulle al mundo circundante en un marco desquiciante, por la tozudez de algunos de sus dirigentes que hacen causa común con el crimen y el bandolerismo, cuyas acciones se caracterizan por la violencia y la ejecución de personas de manera salvaje.
Y ahora rechazan cualquier apertura que tienda a mejorar su condición de vida, aún incumpliendo con tratados binacionales, y prefieren vivir en compartimientos estancos, sin salidas, a la espera de una fuerza militar foránea, cuya incursión en ese territorio dejará miles de muertos, porque los vándalos están bien armados, y enfrentarán a quienes entren en su territorio, por lo que entendemos que los policías de Kenia, serán insuficientes y sin entrenamiento militar para impulsar el orden y tratar de organizar a las tribus e impedir la ocurrencia de más desmanes.
A raíz del conflicto provocado por el desvío ilegal del río Masacre, más de cien mil haitianos retornaron a su país voluntariamente y casi 200 mil fueron deportados por Migración, quedando en nuestro suelo cerca de cuatro millones de indocumentados, asentados en gettos, donde abundan las mujeres embarazadas, realizan ritos satánicos y aplican sus propias costumbres y reglas de convivencia.
Abinader ha sido el único estadista dominicano que clama y sigue clamando en foros y otros eventos internacionales, a los fines de que Haití y su conglomerado humano reciban ayuda y apoyo internacional para salir de una crisis, parecida a un hoyo sin final, que afecta gravemente la salud de la Patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, dejada como legado a las generaciones que le sucedieron.
Cuando surgen diferencias, los haitianos se unifican, contrario a haitianófilos, muy pocos, por cierto, que se van del lado haitiano, pero aquí a través de la historia han existido traidores, y el propio Duarte, sentenció que mientras no se escarmienten a los traidores como se debe, los buenos dominicanos, serán siempre victimas de sus maquinaciones.