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Aseguran que han vivido seis años de angustia y silencio, mientras piden a las autoridades reabrir el caso y hacer justicia por su familiar asesinado.
Santo Domingo. – Han pasado seis años desde aquella noche de 2019 que marcó para siempre la vida de la familia Abreu. Ramón Abreu, un hombre honesto, trabajador y querido por su comunidad, fue asesinado de un disparo en la cabeza mientras compartía una partida de dominó en un humilde colmado del paraje El Rodeo, en el municipio El Pino, provincia Dajabón.

El autor del crimen, identificado como Domingo Martínez (alias “Mingo”), huyó del lugar a bordo de una motocicleta junto a su hermano. Desde entonces, el paradero de ambos es desconocido y el caso permanece sin justicia.
Hoy, entre lágrimas y con el alma desgarrada, la familia rompe el silencio. “Las autoridades nos han dejado solos. Hemos tocado todas las puertas y ya casi perdemos la esperanza, pero no podemos rendirnos. Mi hermano merece justicia”, expresó con voz temblorosa Eva Abreu, hermana del occiso.
Ramón fue trasladado de emergencia al hospital público de El Pino y posteriormente a un centro médico de Mao, donde falleció a causa de una grave lesión cerebral. Su muerte no solo dejó un vacío irreparable, sino que también sumió a su familia en una larga cadena de dolor. Meses después, su hermano Moreno Abreu murió víctima de una profunda depresión, incapaz de superar la pérdida.
La familia denuncia sentirse abandonada por la Procuraduría Fiscal de Dajabón y la Policía Nacional, instituciones que —afirman— han mostrado indiferencia y falta de acción frente a un crimen que sigue impune. “Han pasado seis años y seguimos sin respuestas. Hemos luchado incansablemente, pero el asesino sigue libre y protegido por el silencio”, declaró César Abreu, otro de los hermanos.

El tiempo también se llevó a la madre de los Abreu, quien murió sin cumplir su último deseo: ver al responsable del asesinato de su hijo tras las rejas. Entre lágrimas, Eva Abreu expresó: “Mi madre quería no morir sin ver al responsable de la muerte de su hijo tras las rejas, pagando por lo que hizo; pero las autoridades truncaron su sueño, y lamentablemente se fue sin ver concretizado su deseo.”
Hoy, los sobrevivientes levantan su voz una vez más y hacen un llamado directo al presidente de la República, Luis Abinader, para que intervenga y ordene la captura del prófugo. “Solo pedimos justicia. No queremos venganza, queremos que se cumpla la ley. Nuestra familia merece paz, y Ramón merece descansar sabiendo que su muerte no quedó en el olvido”, concluyó Eva Abreu entre sollozos.
