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El presidente Abinader expresó que el 28 de julio, Venezuela habló con claridad y que el voto fue un grito de libertad. “Pero ese grito fue respondido con represión y fraude. Por eso, hoy levantamos nuestra voz junto a la de otros países, condenando el uso de la violencia, denunciando las detenciones arbitrarias y exigiendo respeto a los derechos humanos”.
El mandatario sostuvo que la democracia es más que un sistema político, es un pacto sagrado entre gobernantes y gobernados, un acuerdo basado en la confianza y el respeto, y que romper ese pacto es traicionar no solo a un pueblo, sino a toda la humanidad. “Porque allí donde muere la democracia, nacen la pobreza, la persecución y el exilio”.
Añadió: “Nosotros, los dominicanos, lo sabemos bien. Por eso hemos abierto nuestras puertas a miles de venezolanos que hoy llaman hogar a nuestra tierra. Y a ellos les decimos: mientras haya un solo dominicano en pie, tendrán aquí un aliado en la lucha por la libertad”.
El gobernante destacó la larga historia de solidaridad democrática de los venezolanos y agregó que, ahora los dominicanos tienen el deber de comportarse con la misma generosidad y no pueden ser ajenos al drama que sufren los hermanos venezolanos.
“La historia nos observa. En esta hora crucial, no podemos vacilar. Como lo hizo Rómulo Betancourt cuando apoyó la gesta democrática dominicana, hoy nos corresponde a nosotros estar a la altura de ese legado. La Declaración de Santo Domingo, firmada por 22 países y la Unión Europea, no fue solo un documento: fue una promesa. Y esa promesa debe cumplirse. Porque cuando se amenaza la libertad en una nación, se debilita en todas”, proclamó el jefe de Estado
El jefe de Estado insistió que la República Dominicana, como heredera de una tradición democrática y en nombre del legado internacionalista de José Francisco Peña Gómez, reiteró hoy su compromiso con quienes, en Venezuela, luchan por el derecho a elegir libremente su destino.
El presidente Abinader expresó que el 28 de julio, Venezuela habló con claridad y que el voto fue un grito de libertad. “Pero ese grito fue respondido con represión y fraude. Por eso, hoy levantamos nuestra voz junto a la de otros países, condenando el uso de la violencia, denunciando las detenciones arbitrarias y exigiendo respeto a los derechos humanos”.
El mandatario sostuvo que la democracia es más que un sistema político, es un pacto sagrado entre gobernantes y gobernados, un acuerdo basado en la confianza y el respeto, y que romper ese pacto es traicionar no solo a un pueblo, sino a toda la humanidad. “Porque allí donde muere la democracia, nacen la pobreza, la persecución y el exilio”.

Añadió: “Nosotros, los dominicanos, lo sabemos bien. Por eso hemos abierto nuestras puertas a miles de venezolanos que hoy llaman hogar a nuestra tierra. Y a ellos les decimos: mientras haya un solo dominicano en pie, tendrán aquí un aliado en la lucha por la libertad”.
El gobernante destacó la larga historia de solidaridad democrática de los venezolanos y agregó que, ahora los dominicanos tienen el deber de comportarse con la misma generosidad y no pueden ser ajenos al drama que sufren los hermanos venezolanos.
“La historia nos observa. En esta hora crucial, no podemos vacilar. Como lo hizo Rómulo Betancourt cuando apoyó la gesta democrática dominicana, hoy nos corresponde a nosotros estar a la altura de ese legado. La Declaración de Santo Domingo, firmada por 22 países y la Unión Europea, no fue solo un documento: fue una promesa. Y esa promesa debe cumplirse. Porque cuando se amenaza la libertad en una nación, se debilita en todas”, proclamó el jefe de Estado