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Por: Ángel Ruiz Bazán
En los últimos años, la República Dominicana ha sido testigo de una transformación profunda en el ámbito de la educación superior. Al frente de ese proceso se encuentra el doctor Franklin García Fermín, ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), quien ha sabido conducir con visión, apertura y sentido humano una gestión alineada con las políticas inclusivas y progresistas del presidente Luis Abinader.
Su labor no ha sido simplemente administrativa; ha sido una revolución silenciosa del conocimiento, una apuesta por democratizar las oportunidades y construir un país donde la educación no sea un privilegio, sino un derecho alcanzable para todos.
Un modelo de inclusión y equidad
La gestión de Franklin García Fermín se ha caracterizado por su compromiso con la equidad y la justicia social. Bajo su liderazgo, el MESCyT ha otorgado miles de becas nacionales e internacionales, llevando esperanza y futuro a jóvenes de cada rincón del país.
Estas becas, enmarcadas en la visión transformadora del presidente Abinader, han abierto puertas a estudiantes de comunidades rurales, zonas fronterizas y sectores tradicionalmente marginados. Jóvenes que antes veían la educación universitaria como un sueño lejano hoy cursan maestrías y doctorados en prestigiosas universidades de América, Europa y Asia.
Más que cifras, son historias humanas de superación. Son rostros de la nueva República Dominicana que se levanta sobre el esfuerzo, el mérito y la igualdad de oportunidades.
Convenios que abren el mundo
Otro de los pilares de esta gestión ha sido la ampliación de los convenios nacionales e internacionales que fortalecen el intercambio académico, la investigación científica y la cooperación entre instituciones.
El MESCyT ha firmado acuerdos con universidades y organismos de España, México, Colombia, Francia, Cuba, Corea del Sur y Estados Unidos, entre otros países, integrando a la República Dominicana en una red global de conocimiento.
Estos vínculos no solo benefician a los estudiantes dominicanos, sino que también elevan el nivel de nuestras universidades, impulsando la calidad académica y fomentando la innovación. La internacionalización de la educación superior es hoy una realidad tangible gracias a una gestión que entiende que el desarrollo no tiene fronteras.
Ciencia y tecnología: pilares del desarrollo
El doctor García Fermín ha sabido proyectar la educación más allá de las aulas, apostando por la investigación científica y la innovación tecnológica como motores del desarrollo nacional.
El fortalecimiento del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDOCyT), el apoyo a proyectos de investigación aplicada y la promoción de áreas emergentes como la inteligencia artificial, la biotecnología y la sostenibilidad ambiental son señales de una política pública con visión de futuro.
El rostro humano del progreso
Sin embargo, lo más destacable de esta gestión es su dimensión humana. Las políticas de inclusión, los programas especiales para estudiantes con discapacidad y el respaldo constante a la juventud más vulnerable evidencian una gestión sensible, coherente y profundamente social.
Bajo el liderazgo del presidente Luis Abinader, el MESCyT ha demostrado que gobernar también es servir y transformar vidas. Cada beca entregada, cada convenio firmado y cada joven que logra superarse representan la materialización de un sueño colectivo: el de un país que avanza hacia la excelencia sin dejar a nadie atrás.
Una visión que trasciende
El trabajo del doctor Franklin García Fermín es, sin duda, una de las expresiones más sólidas del compromiso de este gobierno con la educación, la innovación y la equidad.
Hoy, la República Dominicana cuenta con un sistema de educación superior más dinámico, más conectado con el mundo y más consciente de su rol en el desarrollo nacional.
El futuro del país se está forjando en las aulas, en los laboratorios, en las mentes jóvenes que gracias a estas políticas hoy tienen la oportunidad de aprender, crear y aportar al progreso colectivo.
Porque cuando la educación se convierte en política de Estado, la nación entera se ilumina.
Y en ese sentido, la gestión del doctor Franklin García Fermín no solo ha sembrado conocimiento, sino también esperanza.