Por Miguel Espaillat Grullón
Trump amenaza a Cuba, Venezuela y Nicaragua con seguir hundiéndolas.
Trump lamenta que en su primer gobierno no invadiera a Venezuela para quedarse con su petróleo. Así no tendríamos que pagarlo -subrayó el gobernante estadounidense
Trump descertifica al presidente Gustavo Petro de Colombia. Lo acusa de no cooperar en la lucha contra la droga. Se sospecha que Trump y Marco Rubio quieren sacar del poder al presidente Petro mediante un golpe de Estado.
Los Estados Unidos que hoy gobierna Donald Trump tienen cerca de mil bases militares alrededor del mundo para fines del control planetario.
Trump se siente y se cree amo y señor del mundo. Amenaza con aranceles a la Unión Europea, Rusia, México, Canadá, Japón, Vietnam, Corea del Sur, Reino Unido, Tailandia, Malasia, Brasil, Indonesia, Sudáfrica, Camboya, Filipinas, Bangladesh, Irak, Kazajistán, Laos, Myanmar, Túnez, Cuba, Colombia, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y a cuanto país le venga en gana.
Trump en la ONU
En estos momentos se celebra en Nueva York la Cumbre anual #68 de la ONU. En esta reunión resaltan la participación de Gustavo Petro y Donald Trump. El discurso de Petro ha sido brillante, revolucionario y valiente a favor de la paz, del medioambiente, la vida y la soberanía de los pueblos, como también una crítica acerba contra el colonialismo imperialista y contra el genocidio en curso en la Franja de Gaza.
En cambio, Trump, en su discurso en la ONU, ignoró el genocidio referido en la Franja de Gaza por parte de los judíos sionistas al mando de Benjamín Netanyahu con el apoyo tácito de los Estados Unidos, de la Unión Europea y el Reino Unido. En esa intervención, por nueva vez, Trump arremetió de manera brutal contra Venezuela y contra los inmigrantes. El mandatario norteamericano proclamó ser un experto en el tema migratorio. «Basado en sus conocimientos», advirtió a Europa sobre la peligrosidad del experimento de fronteras abiertas. Al respecto, observó: “Sus países se están yendo al infierno. Y vaticinó: “Europa va a sucumbir ante un monstruo que está destruyendo su herencia; sus países están siendo arruinados por esta inmigración global descontrolada”.
En primera lectura, sin analizar críticamente lo dicho por Trump, parece que su versión sobre la emigración es cierta y válida. Pero cuando la contextualizamos y vemos las razones de esa emigración a Europa y a los Estados Unidos, entonces nos damos cuenta de que los criterios de Trump son sesgados y parcializados para encubrir el verdadero génesis de esos desplazamientos humanos.
Trump, maliciosamente, está ignorando que la emigración a Europa fue causada por las guerras de balcanización en la mayoría de los países africanos y de la antigua Yugoslavia para fragmentarla en varios países (Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia). Además, Trump omite mencionar la destrucción de Libia, Siria, Afganistán e Irak como la causa principal de la emigración hacia Europa, que él señala y critica con alevosía.
Respecto a las causas por las que los latinos emigran hacia los Estados Unidos, estas son claras. Es que los gobiernos corruptos se roban el dinero y permiten que las corporaciones norteamericanas y europeas se apropien de los recursos naturales. En este contexto, las transnacionales se llevan el petróleo, el gas natural, el oro, los diamantes, el níquel, el cobre, el hierro, el coltán, las tierras raras, el litio, el café, el cacao y el azúcar por precios irrisorios. Pero sucede que, cuando surge un gobierno del pueblo y para el pueblo que se opone al saqueo inmisericorde de esas transnacionales, entonces lo derrocan como fueron los casos de Jacobo Árbenz, Salvador Allende, Mauricio Bishop, Juan Bosch, Hugo Chávez, Manuel Zelaya, etc.).
O hacen de todo para destituirlo, tal como están gestionando aniquilar a Nicolás Maduro Moro. Esta es la política imperialista que crea el círculo vicioso de la pobreza que genera la emigración de latinos hacia los Estados Unidos y Europa. En consecuencia, mientras no se pare ese saqueo y las guerras proxy habrá inmigración y, de ñapa, narcotráfico al por mayor y al detalle.
¿En qué momento se jodió Estados Unidos?
Las noticias anteriores las resume el periodista español Lluís Uría en su artículo titulado: ¿En qué momento se jodió EE.UU.? En ese trabajo, Uría plantea lo siguiente:
“En los últimos ocho meses, Trump ha tensionado o violentado todos los principios democráticos. Ha gobernado por decreto en detrimento del poder legislativo –gracias a un Congreso acomodaticio que le ha dejado hacer–, ha ejecutado purgas ideológicas en la Administración Federal a todos los niveles; ha desobedecido órdenes de los tribunales; ha desplegado al ejército en las grandes ciudades con el pretexto de combatir la delincuencia; extorsiona a las universidades para que se alineen políticamente y lanza al FBI contra los disidentes –como su ex consejero John Bolton”.
El presidente de EE. UU. —sigue escribiendo Lluís Uría—. Está cercenando la libertad de expresión atacando a las voces críticas —con despidos de humoristas en televisión, amenazas de supresión de licencias y demandas astronómicas contra la prensa escrita—, busca la manera de impedir un triunfo demócrata en las elecciones legislativas midterm del 2026 por medios tramposos —anulación del voto por correo, rediseño de las circunscripciones electorales en beneficio de los republicanos— y ahora utiliza el asesinato del influencer conservador Charlie Kirk para reprimir a las organizaciones de izquierda.
Las acciones de Trump son cada vez más agresivas —continúa Uría— mientras gran parte de la sociedad norteamericana contempla complacida cómo Trump sueña públicamente con presentarse de nuevo a las elecciones presidenciales en el 2028 —algo prohibido por la Constitución— y sugiere que el país desea un dictador. Todo ello sin que mueva un solo dedo la máxima instancia judicial, el Tribunal Supremo –de mayoría abrumadoramente conservadora y tres de cuyos nueve miembros fueron directamente designados por Trump–. Este quiebre a la institucionalidad sucede, sin que la oposición demócrata presente resistencia, con la excepción de un puñado de figuras como Gavin Newsom, Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez. (termina la cita)
Donald Trump y su presupuesto de guerra
Donald Trump, con su determinación de que los países dispongan del 5% de su PIB para la compra de armamentos y pertrechos militares, solo logrará más guerras en este mundo. Estas conflagraciones profundizarán aún más la pobreza y las tremendas desigualdades sociales que ya son endémicas azotando a la humanidad. Para mí, Donald Trump es un dictador imperialista con ínfulas de tirano, que junto a la élite que sustenta su gobernación solo pretende subyugar a todos los países del planeta para satisfacción de sus egos y codicia. En este contexto, Nicolás Maduro es una víctima de esas políticas surgidas de mentalidades retorcidas. Y lo del narcotráfico, el ardid para esos planes.
Ninguna de las prerrogativas, actuaciones, acciones y amenazas narradas en los párrafos precedentes es de la autoría de Nicolás Maduro Moro, sino de Donald Trump. Siendo así, es simple colegir ¿Cuál de los dos es quien apoya el genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza? ¿Cuál de los dos es quien está llevando las guerras por todo el mundo? Ante los hechos es fácil determinar quién de ellos dos es el autócrata y cuál es el dictador global; ¿Donald Trump o el gobernante venezolano?
El talento sin probidad es un azote. Pero cuando no hay talento ni probidad, el resultado es la barbarie.
¿Y usted amigo lector, que piensa del trumpismo?