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Conozca el Síndrome de Hubris o Enfermedad del Poder

Conozca el Síndrome de Hubris o Enfermedad del Poder
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  • Publishedmayo 28, 2025
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Una patología que transforma 

 a muchos, en arrogantes, prepotentes e intolerantes

 

Reportaje

Por :Nicolàs Arrollo Ramos 

MOCA, provincia Espaillat: Si conocía alguna persona siendo humilde, humana, tratable y decente y tras alcanzar un ascenso, -político, económico, empresarial, profesional-, se transforma en prepotente, arrogante, intolerante y petulante, estamos en presencia de lo que se conoce en Psicología como Síndrome de Hubris o la Enfermedad del Poder.

De origen griego, la palabra hubris o hybris, significa orgullo, presunción o arrogancia. Fue investigada por primera vez por el neurólogo David Owen y por el psiquiatra Jonathan Davidson para utilizarlo como un cuadro diagnóstico para clasificar el desmedido poder de algunos personajes políticos. Según Owen, llega un momento en que quienes lideran dejan de escuchar, se vuelven imprudentes y toman decisiones por su cuenta, sin consultar, porque piensan que sus ideas son correctas.

Se refleja en un delirio de grandeza, que lo lleva a considerarse seres superiores, dioses terrenales, dueños absolutos de la verdad y con el derecho exclusivo de ser los únicos que hablan en todas las reuniones y encuentros que se realizan, aunque sea con palabras vacías, sin fundamentos y carente de sentido lógico.

En el lenguaje del pueblo, se afirma que quienes padecen el Síndrome de Hubris, se le fueron los humos a la cabeza, se volvieron locas o marearon del poder. Estas personas en sus relaciones habituales con los demás, tras considerarse superiores subestiman a las demás, tratan como inferiores, les desconsideran, maltratan, humillan y ultrajan.

Cabe destacar que aquellos que padecen el síndrome de Hubris o la Enfermedad del Poder, en la mayoría de los casos actúan como dictadores, hablan mucho y escuchan poco y a pocos, aislando a los que consideran que tienen luz propia y no se dejan manipular.
quienes padecen esta enfermedad:

• Ego inflado y visión exagerada de uno mismo: La persona cree que es más inteligente, capaz o importante de lo que realmente es.
• Desprecio por las críticas: No está abierta a recibir retroalimentación o a considerar perspectivas diferentes.
• Excesiva confianza en uno mismo: Toma decisiones impulsivas y sin considerar las posibles consecuencias.
• Falta de empatía: No se preocupa por las necesidades o sentimientos de los demás.
• Tendencia a culpar a otros por los errores: No asume la responsabilidad por sus acciones.

NOTA: El autor es periodista, abogado, Magister en Derecho y Relaciones Internacionales, Productor de Televisión y secretario general del Colegio Dominicano de Periodistas, seccional de Espaillat.

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